“Birthday”. The Beatles
¨They say it’s your birthday, we’re gonna have a good time¨
Pasé un cumpleaños hermoso, como hace mucho no tenía. Me sentí plena, acompañada por la gente que realmente quería que estuviera a mi lado. Fuimos a almorzar, tomar café, coctelitos y fue suficiente para que volviera a sentir esa alegría cumpleañera, que se había escondido por unos cuantos años. Tuve a mi mejor amiga para mi solita prácticamente todo el día y al final, mi amiga ¨vibes partner in crime¨. Al otro día me iba para la playa con mi mamá así que estaba también ilusionada con el viaje.
Ha pasado de todo en estos años y gracias al cielo mis amigas y sobre todo la colombiana que cumple el 4 de junio y lo anuncia desde febrero diariamente, estuvieron ahí para mí, sacándome del pelo de la casa cuando sentía que mi mundo se caía en pedazos. Así que en el 2021 había otra vibra y la celebré con todo el agradecimiento del mundo a MI por superar mis dolores y a ellas por estar.
No puedo expresar con palabras, la felicidad y la genuina alegría que sentí, realmente disfruté tanto este cumpleaños, las cosas en el trabajo iban encaminadas, tenía amistades bellísimas, entretenimiento vecinal y super importante: me habían dado de alta de mi medicamento psiquiátrico hacía unos meses. No le podía pedir más a la vida, estaba agradecida.
En Costa Rica el día de la madre es el 15 de agosto, así que el regalo que nos damos mi mamá y yo, es irnos a la playa a celebrar. Esta vez nos fuimos a Santa Teresa, llovía como nunca y tuvimos varios altercados con el carro, porque las carreteras estaban terribles. Santa Teresa es muy lindo, aunque está invadido de extranjeros, así que de repente te sentís foránea en tu propio país. Sinceramente el lugar me parece que está un poco sobrevalorado, porque hay otros más hermosos en Costa Rica, pero igual no hay queja, es bello. ¡Ah y otra cosa! ¡La gente es hermosa! y cuando digo gente linda, me refiero a que muchos hombres son versiones de Zack Efron y las mujeres tipo Gisele Bundchen. Es impactante y muy refrescante a la vista, me enamoré cada 2 minutos del ¨Zack¨ que pasara en frente.
Desde niña he amado la playa, gracias a que mis papás se dedicaron a llevarme infinidad de veces y por temporadas muy largas. Mis vacaciones siempre fueron sol, arena, cangrejos y mar. Fui creciendo y el amor por la playa también, a tal punto que siempre he querido vivir ahí, aunque aún no me atrevo. Desde el 2019, mi mamá y yo hemos estado compartiendo mucho tiempo playero, aprendimos a hacer stand up paddle y empezamos a irnos de ride por kilómetros y kilómetros, horas de horas hasta que el cuerpo no diera más. (sobre todo el mío, porque ella aguanta lo que sea). ¡Una vez hasta hicimos una competencia! A la que claramente llegué de penúltimo lugar, pero lo logré contra todos los pronósticos.
Este paseo a Santa Tere era sin remar, solamente a relajarnos a una playa donde por lo general no vamos, porque siempre ha sido un poco tedioso llegar. Íbamos en el carro cantando Luis Miguel, -que es el amor de mi vida musical- y hablando de lo que sea que siempre hablamos.
Después de varias horas, finalmente llegamos y en cuanto dejó de llover nos fuimos a la playa a caminar con Avana (mi perrita), nos sentamos en la arena a disfrutar del olor a mar y el sonido de las olas. Avanita hizo varios amigos con los cuales correteó por un rato hasta que se aburrió. Nosotras solo veíamos el mar y el atardecer con una cerveza en la mano, en celebración del cumpleaños y día de la madre 2021.
El siguiente día fue una repetición del primero, caminar, ver el mar, Avana corriendo y además fuimos a almorzar a un restaurante hermoso donde los ¨Zack Efron¨ aparecían por doquier. En el hotel abrimos una botella de vino, nos tomamos fotos, seguimos hablando temas de política, familiares, historias, etc., lo usual en nosotras.
Esa segunda noche, llovía como nunca, por lo que gracias a esto y al vino, fuimos a dormir temprano. En medio de la noche, desperté pensando que había dejado la ventana del carro abierta, y como estaba lloviendo tanto, no podía salir a ver si era cierto o no. Mi mente empezó a preocuparse más de la cuenta y crearse escenarios catastróficos de lo que iba a pasar cuando nos levantáramos en la mañana y viéramos el carro inundado de agua. Ahí volvió el fantasma de la ansiedad. No podía dormir, sentía el pecho que me explotaba, quería llorar, tenía una angustia espantosa y no quería decirle a mi madre, porque la preocuparía, además no había mucho que hacer, solo esperar a que pasara. Contaba los minutos para que fuera de día, empecé a pensar que se iba a caer la montaña, el carro iba a quedar bajo tierra y no íbamos a poder salir de ahí. Al mismo tiempo me decía: ¿qué te pasa? Sabes que esto no es real y que lo que estás pensando es pasajero, la ansiedad pronto va a terminar y vas a poder descansar. Pero esta cosa te domina de tal forma que, aunque sepas todo eso, es super difícil controlarlo.
Estaba segura que la ventana se encontraba cerrada, porque siempre andamos con aire acondicionado, pero existía esa mínima posibilidad (al menos en mi cabeza) de que no. No sé cuánto tiempo tardé con mi ataque, pero en un punto pude dormir. A partir de esa noche, mi mundo cambió, me sentí tan triste de ver que la ansiedad había vuelto, solo pensaba que seguramente esto lo iba a tener para toda la vida y ahora me tocaría luchar sin ayuda de medicamentos, para superarlo. Las medicinas no son una opción, sería un retroceso volver a ellas, mi ego no me lo permite.
Amaneció, vi que el carro estaba perfectamente y tuve tranquilidad, pero al mismo tiempo me sentí preocupada después de ese episodio.
No puede ser que el viernes estuviera tan feliz, positiva porque las cosas se han ido acomodando y que de un momento a otro ¨pum¨. Se que es pasajero, racionalmente lo entiendo, solo que no creí que iba a volver a sentirme así y mucho menos por una noche de lluvia, durante la celebración de dos fechas tan importantes y lindas.
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