Dos años desde aquel primero de abril
Hoy hace 2 años tomé una de las desiciones más importantes de mi vida.
Después de 20 años consecutivos de trabajar formalmente, en el mundo corporativo, salí de ahí.
Estaba desesperada, harta, enferma; habían pasado muchas cosas y hoy, después de 24 meses, puedo verME y verlo, desde una perspectiva más sana y con satisfacción.
Cuando me gradué del colegio no sabía qué hacer con mi vida. Siempre dije que quería ser bailarina, pero mi miedo hizo que cambiara de parecer, diciendo que el ambiente era muy pesado y que no iba a tener suficiente dinero para vivir. Veintiséis años después, sé que fue el miedo y no esas justificaciones raras que me di a los veinte.
Hoy me doy cuenta que mi creatividad brota por mi cuerpo, pero por diferentes razones, apagué esa magia corporal y la dejé guardadita.. era demasiado para mi en ese momento. (Despierten su creatividad, sea la que sea. Lean el libro El Camino del Artista)
Luego quise ser psicóloga, así que entré a la universidad y fue maravilloso, aunque de nuevo, por miedo, dije que eso no me iba a dejar suficiente dinero y a un año de terminar la carrera, me fui… era demasiado para mi en ese momento.
Terminé estudiando administración de empresas, que era una carrera fácil y me iba a permitir generar dinero rápido, puesto que las opciones laborales eran bastante amplias.
Así fue como empecé a trabajar en corporaciones, de esas grandes, donde hay un montón de reglas, donde te hacen sentir como en casa y te dicen que somos una familia. Les creí todo.
No me quejo, fue una muy linda experiencia; de hecho cuando hablo de mi último trabajo, me refiero a él como “mi verdadera universidad”. Sé que mucho de lo que soy hoy a nivel profesional, lo aprendí ahí. Pero también aprendí de convivencia, de socialización, de amor y de desamor. Y me refiero en todos los sentidos, no solo el romántico.
Pero si vemos, desde el inicio de mi vida profesional, quería cosas que por miedo nunca hice. Bloqueé mi amor por el baile y apagué mis ganas de entender la psique humana. Simplemente no estaba lista para dar el salto.
Al haber renunciado a mi trabajo anterior, pude ser yo, pude encontrarme; entender lo que mi cuerpo tiene que decirme. Como quería en los inicios de mi profesión, hice el suficiente dinero para poder vivir plácidamente estos años, viajando, haciendo nada, paseando, haciendo nada, inventando, creando, haciendo nada, estudiando, divirtiéndome.
Aunque no todo ha sido felicidad, he tenido momentos de frustración, enojo y más. He metido las patas varias veces, me ha dado ansiedad (aunque ya la controlo mejor) y he estado en puntos donde no he sabido qué hacer para resolver situaciones difíciles.
El primer año fue de vivir la vida… hice cuatro viajes que cambiaron mi forma de ver el mundo; fui a la playa cuantas veces quise, me fui de fiesta en reiteradas ocaciones, me desenamoré de la idealización y de paso, generé dinero con algunos proyectos que me llegaron.
El segundo año, fue más de sentar cabeza. De pensar en qué es lo que quiero para mi vida; de arrancar mi emprendimiento y llevarme los tropezones que eso conlleva; no hubo viajes, ni tantas idas a la playa (bueno si, pero en otro plan) ni mucho menos fiestas. Fue una “progresión natural” (diría mi amado amigo) donde la vida me llevó a ver qué quería hacer con ella; no lo planeé así, sino que simplemente sucedió. Hice las paces con el mundo corporativo, me enamoré de la gente que tengo a mi alrededor (no necesariamente amor romántico) y logré entender dónde si y dónde no. Me siento más unida a mi familia y amigos que nunca; y sobretodo, más unida a mi “yo”, a ese que dejé de lado por mucho tiempo, por miedo.
Jamás imaginé (ni en mis más ínfimos pensamientos) que iba a poder tener la oportunidad de vivir estos dos años como los viví, no estaba ni cerca de tenerlo planeado. Se que soy privilegiada por poder hacerlo y doy gracias a mi, a mi gente y a las moléculas, átomos, partículas subatómicas y cuanta cosa más que esté relacionada al campo cuántico, (lean a Joe Dispenza, para que me entiendan) por hacer posible esta realidad.
Siendo así, hoy arranca un nuevo año, que no sé por dónde me va a llevar exactamente. Tengo clara mi intención en términos de “adonde quiero llegar” (pareja- dinero- salud-circulo social-creatividad) pero queda por averiguar por dónde me lleva la cosa, para que esas intenciones se hagan realidad.
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