TQG

Carmelo y Marielos se conocieron en reiteradas ocasiones durante esta vida… pero nunca – hasta hace unos meses – tuvieron la oportunidad de interactuar. 

Cuando lo vi dije ¨mira, no ha cambiado tanto desde la última vez que lo vi¨, hacía más de 20 años. Veamos en que anda este muchacho, ya no tan muchacho. 

Para variar un poco la norma en mi vida, no generé expectativas; decidí que me iba a dar el espacio para ver qué pasaba sin pensar en mañana. Fue algo difícil de hacer, tenía a todos mis fantasmas al lado diciéndome mil cosas: todos los hombres son malos, te va a rechazar y abandonar. Así que, después de mucha terapia, sola y acompañada, me lancé al vacío de hacerlo diferente. 

Dejé que Carmelo hiciera su trabajo y lo hizo bastante bien. Desde el inicio me escribía para saludar ¨como va tu viaje¨, ¨buenos días¨, ¨¿qué hay de nuevo?¨, ¨hoy hice tal cosa¨, etc. Creo que por al menos un mes, nunca empecé una conversación; lo comencé a hacer cuando me sentí segura y preparada para mostrarle poco a poco quien soy. 

Salimos, nos caímos bien y de ahí en adelante, él se encargó de ¨ligar¨ y hacerme sentir que realmente le importaba. Buenos días, buenas noches, mensajes todo el día, chistes, bromas, eran pan de cada día, por meses. Casi un mes después de esa salida, me invitó a ir a su casa el fin de semana. Estaba un toque asustada, porque como dije antes, mis fantasmas estaban ¨on fire¨, y cuando vieron que Carmelo se acercaba cada vez más y que YO permitía que se fuera acercando, se volvieron locos de ver cómo hacían para sabotearme.

Me gustó lo que vi, lo viví bonito, con los pies en la tierra, pero bonito. Sin pensar en mañana, callando a los demonios, fluyendo y creo que él también. En varias ocasiones tuve ese hueco en la panza de susto: este mae me agarró la mano ¡wtf! este mae me mandó corazones, ¡wtf!; me cocina, me chinea, vemos series abrazados, ¡wtf!; me dijo que podía ir a su casa cuando quisiera, que no necesitaba invitación, ¡wtf! Entre otras cosas y conversaciones un poco más íntimas, que te llevan a ver que se puede confiar en el muchacho. Decidí hacer caso omiso a esos miedos, porque no me iban a permitir vivir la experiencia.

Básicamente les dije: ustedes vienen aquí a decirme que tenga miedo, solo por el hecho de que no saben lo que va a pasar después, ¡y según ustedes es más seguro y fácil vivir desde el miedo! ¡jódanse! Este sentimiento nos detiene de hacer muchas cosas, de vivir desde el amor en todas sus expresiones… y como diría Lucía, ¿Qué es lo peor que puede pasar? 

Desafortunadamente, pasó ¨lo peor¨; lo que mis fantasmas tanto me dijeron. Hasta creo que estaban felices por lo que sucedió, diciéndome, ¨te lo dije¨. El mae de un momento a otro entró en un pánico del que no pudo salir, supongo que para él si es más seguro vivir desde el miedo y decidió que él quería algo ¨más light¨ y que se había dado cuenta de que yo no. Volvemos de nuevo a la expresión anterior de ¡wtf! 

Ese día me puse furiosa, no podía creer que oooootra vez, algo así estaba pasando. Si lo hubiera tenido al frente, probablemente le hubiera gritado, pero no… el prefirió tener la conversación por teléfono, porque es más light así… supongo. Luego de unas horas de ira, volví poco a poco a mi estado zen y la vida continuó. No sucedió lo de siempre, me cuidé, comí y dormí, no tuve ataques de ansiedad, no me sentí culpable. Si hubo un par de cosas que hice que talvez no debí, pero pues, en comparación a otras veces, esto fue un logro. 

Siempre digo que mi angelito y diablito tienen nombre. El primero es Baby Jan Hudson (es una película de una mujer con mucha ira.. pero con una herida de infancia muy dura) y el segundo, Michelle Obama (está de más decir sus atributos); en este tiempo me di cuenta que hay otro diablito, o diablita, que nunca había integrado, se llama Paquita, ella viene de mis ancestras, que siempre han pensado y nos han dicho que los hombres son malos. 

Estas tres mujeres me acompañan en mi camino, ahora sé cuando alguna me habla y cómo reaccionar ante su llamado. Me ayudó mucho esta relación con Carmelo, a darme cuenta que las puedo ver y también contener. De nuevo, esta vez no sucedió lo de siempre, esta vez, desde el inicio, lo hice diferente. 

A las dos diablitas, las entiendo, han pasado por mucho. Lo de Paquita, no es mío, no me pertenece, está en mi sistema familiar, es una creencia limitante, con la que hay que seguir trabajando. También baby Jane, esa niña interior que hay que abrazar y querer, desde la adulta que soy hoy, con los recursos que tengo hoy, para hacerle frente a las cosas buenas y no tan buenas que vienen. (amo cuando Michelle se manifiesta en mi)

“TQM.. pero TQG”  

 

 

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