Me dispiace

La fotografía disturba mi mente.
La llevo en mi sangre, pero me detiene. Me sale natural y me asusta.
He querido ignorarla por mucho tiempo y de repente… aparece; recordándome que ahí está, esperando pacientemente a que la vuelva a ver, con amor.
Tomar fotos significa aceptar que heredar esa habilidad, está bien.
No significa que heredo todo, sino la capacidad de descubrir un momento creativo y darle click, a la belleza natural de ese algo que encontré de frente e hizo que me enamorara de su estado.
Disturba mi mente, porque esa aceptación no es fácil. Porque generar una nueva impronta, significa deshacerse de la actual; de esa que ha sido mi compañera de mil batallas.
Traer a conciencia, aceptar y hacer el duelo, con el corazón abierto, sabiendo que hay una luz que me alumbra y me señala el camino, es mi propósito.
El tiempo es relativo, no existe sino en la mente. Sucederá en el momento correcto.
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