E3: Me encontré con alguien que conocía en el app
Mi mayor temor ocurrió… me llego un match de una persona que había conocido hacía unos veinte años
Inicialmente no supe que hacer, me dio pena.. pero recordando las palabras de mi sabio amigo coach de bumble, comencé la conversación.
Era alguien con el que me llevaba muy bien, y aunque no éramos amigos (esa es una palabra muy fuerte) la pasábamos genial cuando nos reuníamos con varios compañeros de trabajo y nos pegábamos unas fiestas, bestiales!
Empezamos hablando de qué habíamos hecho de la vida y en qué estábamos ahora; chismeando de la gente que teníamos en común, etc. Nos empezamos a seguir en instagram para conocernos un poco más y ahí ya hablábamos por horas. Para luego pasar al siguiente nivel: compartir números de teléfono. ¡Claro que siiiiii!
Fue gracioso, porque en la época en que éramos compañeros, nunca se me vino a la mente que pudiera tener algo con él; de hecho estaba saliendo con otra compañera… así que conocerlo acá, me hizo gracia, porque pues, no estaba nada mal 🙂 ¡Los años le habían caído bastante bien al muchacho!
Resultó ser que éramos más parecidos de lo que yo creía posible; de repente me empezó a hablar de su crecimiento espiritual y de cómo ha estado trabajando en una mejor versión de él, a través de sanaciones energéticas y cuánticas. Quedé sorprendida, porque no es tan común escuchar a un hombre (desafortunadamente) que lo haga y hable tan abiertamente de esto. Nuestros temas de conversación giraban en torno a nuestras respectivas sanaciones y cómo lo hacíamos. Él hablando de cuarzos, yoga, estados mentales y yo, de constelaciones familiares, meditaciones y retiros. Se quedaron atrás los chismes de los excompañeros y demás banalidades, para adentrarnos en el mundo holístico.
Simplemente no lo podía creer; él sabía un montón del tema, yo no tanto.. así que dije: bueno, aquí estoy conociendo a alguien que me podría acompañar en mi crecimiento espiritual, sea como amigo o como algo mas que eso. Me abro a todo lo que el universo tenga que ofrecer y por primera vez en la vida, voy a ser más abierta para expresar mis emociones, experiencias y vulnerabilidad. Fue algo bastante importante para mi poder hacerlo; claramente él no sabía y probablemente no lo notó, pero yo estaba convencida que era la oportunidad de dejar de lado esa máscara de la Kiki fuerte, todopoderosa, que nada le duele.
Pasaron los días y salimos por primera vez; llegamos a un bar como a las cinco de la tarde y nos echaron a media noche. La pasamos genial, nos reímos un montón, no hablamos de sanaciones, sino de cualquier otra estupidez que hubiera en el mundo.
En un punto de la noche me dijo:
-siento que estoy teniendo un ¨dejavu¨.
-¿como así?
-no se, siento que esto está bien… que esto, hoy, donde estamos, tenia que pasar y que es.
Mi mente cochambrosa dijo: ¿será que este mae está hablando paja para ligar? Pero dejé fluir la conversación, (porque como dije antes, quería hacer las cosas diferente y abrirme a lo que el universo tuviera para mi) diciéndole, que yo también me sentía muy cómoda hablando con él ahí, lo cual era 100% cierto. Esa noche la pasé RE bien.
Luego de eso, él tenia que irse de viaje un mes, así que seguimos hablando casi todos los días de ese mes: ¿Qué estas haciendo? ¿estás harto? ¿Cuánto falta para que vengas a Costa Rica? etc., etc.
Nótese que solo salimos una vez y no pasó nada entre nosotros. Fue mera conversación. Al pasar los días, hablábamos de cosas mas ¨nice¨ y de lo que íbamos a hacer cuando llegara: paddle board, playa, meditaciones, gin tonics, etc. Nunca hubo una conversación pasada de tono, pero pues, pensábamos en cosas para hacer cuando viniera.
Llegó el momento, volvía Costa Rica al día siguiente, el mae estaba feliz de poder volver, porque… ¿a quién no le va a gustar venir a su país? No quise ser intensa preguntando que cuando nos veíamos y eso, pues porque todos tenemos cosas que hacer, pero, estaba claro que en algún momento lo haríamos.
No sucedió. Las conversaciones dejaron de ser diarias y empezaron a ser evitativas de lado de él; no entendí que estaba pasando, pero pues, como no éramos nada, ni nada había pasado, mas que conversaciones por whatsapp, no me atreví a preguntar ¿Qué putas? Sentía que si lo hacía iba a decir que estaba loca.
Por supuesto, al sentir el distanciamiento no escribí más; me sentí bastante incómoda y la verdad no supe como reaccionar. Mi cabeza decía ¿Cómo alguien dice todo lo que dijo y después desaparece? Seguro tendrá pareja aquí y lo de la hablada un mes entero, fue porque estaba afuera; pero, si el mae es ¨trabajadito emocionalmente¨, ¿Cómo hace eso? ¿eso es ghosting? ¿será que le escribo y le pregunto? no no no, no puedo hacer eso… ¿Qué le voy a decir?
En fin… esa fue la primera interacción, la primera salida con un bumble guy. Mi amigo coach del app, me dijo: mae, la gente que uno conoce aquí tiene otras prioridades, tener una relación (de pareja o amistad) no es una de ellas.
De todo se aprende en esta vida, hoy, meses después, agradezco habérmelo encontrado y conocido nuevamente, fueron unas lindas conversaciones. ¿Por qué pasó como pasó? porque así tenia que ser. Puedo decir que me gustó esa Kiki que se abrió mientras lo conoció y dejó de lado un poquito, esa máscara de dura. ¡fue una bonita experiencia!
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