Provenza. Karol G.
¿Baby que más?
Esta parte del ride fue muy diferente. Un reencuentro, conocer gente nueva, comer cosas que nunca había comido, fiesta (bastante) y conocer a Gaudí, razón por la cual siempre había querido ir a Barcelona.
Así que bueno, me encontré con ¨el rencuentro¨ en el aeropuerto, dejamos las cosas en la casa de cada quien, cerré Google maps y me dediqué por primera vez en dos semanas (y sin temor a equivocarme, por primera vez en mucho tiempo) a dejarme chinear y fluir; dejar de pensar a donde voy, que hacer… NADA. Simplemente fluir, y ya. Que mi ¨tour guide reencuentro¨ se encargara de todo, yo sólo lo iba a seguir y disfrutar.
Primero nos fuimos en bus hacia La Rambla (me devolví a la época de cuando estábamos en el colegio, aunque el y yo creo que nunca nos montamos en uno juntos, fue como si lo estuviéramos haciendo, como cuando éramos compañeros hace casi treinta años). Ya en la Rambla, fuimos caminando y parando de bar en bar; primero una cerveza, después un vermut, y así fuimos por todo el barrio Gótico, una bebida diferente en cada lugar. ¨Mi tour guide reencuentro¨ me presentó a un amigo que también es tico y estaba con su pareja mexicana. Ahí hicimos click inmediato los cuatro y continuamos la fiesta hasta altas horas de la madrugada.
Al otro día seguimos caminando, parando en cada lugar que él considerara oportuno conocer. Se dedicó a enseñarme la ciudad y a ubicarme para cuando ya al siguiente día quedara sola. Quedé fascinada con mi ¨tour guide reencuentro¨; realmente me encantó verlo no solo porque nos acompañamos un montón, sino porque conocí una faceta de él que no había visto antes; agradecí mucho haberlo visto con otra mirada y ver que dentro de esa mascara donde muchas veces esconde sus emociones, ¡hay un corazoncito! Espero de corazón que las cosas le salgan muy bien y que algún día saque ese corazoncito al mundo, mas libremente.
Me estaba quedando en la casa de un amigo del esposo de mi amiga del alma. Cuando llegué, me tenían comida catalana, la de verdad, casera, ¡fue una fiesta en mi boca! Al otro día salí con otros amigos del esposo de mi amiga del alma, fuimos a una plaza a tomar ¨cañas¨ y al final de la noche uno de ellos me llevó en moto por la ciudad (cosa que había querido hacer todo el fin de semana, pero mi ¨reencuentro tour guide¨, no me dio bola). Nos fuimos a un bar donde se podían ver las luces de la ciudad, una hermosa vista. Nos tomamos una cerveza más y de vuelta para la casa, con el viento pegándome en la cara, temblando un poco del frio, pero feliz de estar viviéndolo.
De día me dedicaba a conocer a Gaudí, la ciudad, la playa, mientras que, en las noches, salía con gente a diferentes lugares. Fue maravilloso. Esa fue la diferencia de esta parte del viaje, prácticamente no estuve sola, hubo gente a mi alrededor, casi todos desconocidos, pero de confianza (por recomendación) que se encargaron de chinearme, llevarme a lugares preciosos y enseñarme un poco de esa gastronomía, que no logro olvidar y me abrió los ojos a los mariscos, que NUNCA en mi vida había querido comer.
Era martes, me quedaban dos noches más para volver a Costa Rica. Seguí de tour diurno y en la noche ya tenía otra salida programada. Con el tico, su pareja mexicana y otra tica. Con ellos fue super simpática la noche, de verdad que ahí hubo un click inmediato y me encantaron. Hasta hablamos de que me quedara en Barcelona viviendo jaja. Esos dos angelitos son divinos y de una vibra como pocas personas la tienen. Luego de comer y tomar en algún bar, nos fuimos caminando, cantamos a las 2am ¨miénteme como siempre¨ a capela en una plaza y hasta la carta astral leímos a las 4am en un bar. Al otro día estaba destruida, pero era mi último día y tenía que aprovecharlo.
Fui a la pollería y me compré una polla porque no podía irme sin probar una polla. El chico del lugar me dijo:
– ¿cómo quieres la polla? ¿Negra, blanca o latina?
– a mí deme la latina, gracias.
Así que me dio una ¨polla bronceada¨ y con un líquido blanco que le bajaba. Fue super gracioso, tomé mil fotos que claramente solo mi circulo de confianza tuvo acceso a algunas de ellas.
Me encanta la idea de que en ese país se hable con tanta naturalidad de la polla o el coño. Esas palabras aquí en CR no quieren decir nada en especial y no las usamos. Pero las que usamos para referirnos a los órganos sexuales sigue siendo un tabú y no es algo que se hable tan libremente. O sea, en Costa Rica no existiría la ¨Picheria¨, al menos no en un futuro cercano.
Al otro día ya iba de vuelta para Costa Rica. Fue nostálgico, no quería que terminara el paseo, pero al mismo tiempo necesitaba mi cama, usar otra ropa, lavarme el pelo con mi shampoo, ver a mi perrita hermosa, contarle a mi mama los acontecimientos de las ultimas 3 semanas y a mis amigos mas cercanos. Todo había sido perfecto.
Feliz llegué a CR, y como si no me hiciera falta mi casa y cama, me fui a la casa de mi mama, con la promesa de gallo pinto de desayuno. Eso era mas importante que ir a mi apartamento.
Volver a Costa Rica después de cada viaje, me hace muy feliz. Independientemente de lo que haya ido a hacer a otro lado, venir aquí, ver las montañas, el mar desde la ventana del avión, me conecta con mis raíces. Este país lo amo con locura y a pesar de todas las cosas raras que pasen últimamente, le tengo tanta fe y espero tanto que todo nos salga bien. Soy de las que se enorgullecen de vivir aquí y cada vez que puedo, hablo de lo lindo que es.
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